El personaje dibujado por Rojas no tiene nada de ilusorio o intelectual. El autor lo coloca en un tiempo y espacio concretos, con lo cual logra un realismo que anticipa a Cervantes en más de cien años. Al lado de personajes un tanto planos, recortados a la manera del gótico, Celestina sorprende por su veracidad, a pesar de su naturaleza hondamente enraizada en lo medieval, es decir, en un mundo de creencias, comportamientos y expectativas profundamente idealistas.
La Celestina, junto al Quijote y al Don Juan, es uno de los tipos más profundos de las letras españolas. Y la obra, calificada como precursora del teatro moderno, ha influido en gran medida en la construcción de importantes personajes de la literatura española y universal. Por ejemplo, en El caballero de Olmedo se siente su presencia. Su lectura, como ocurre con los grandes textos de la literatura, siempre ofrece motivos de reflexión y regocijo.
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