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El Decamerón

Es uno de los textos más populares de la literatura universal y debe considerarse como la obra que da inicio a la prosa moderna. En ella, Giovanni Boccaccio (1313-1375), convierte el mundo que lo circunda, gracias a su agudeza y gran capacidad de observación, en un objeto de arte. Crea la humana comedia de sus contemporáneos, mientras éstos sufren miserias, se entregan al vicio y realizan toda suerte de trampas y engaños. Boccaccio, desde su púlpito de escritor culto y burlón, se ríe de este mundo y lo convierte en una maravilla de arte y de vida.


Boccaccio era hijo de un rico comerciante italiano, y desde muy joven se inició en esa profesión, en Nápoles. Durante esta etapa tuvo fuertes enfrentamientos con su padre, que cesaron cuando terminó sus estudios de derecho canónico. Al alcanzar la mayoría de edad, Boccaccio eligió la poesía como la razón de su existencia. Esos años de adolescencia en los cuales estuvo inmerso en el mundo realista de los negocios no fueron vanos. Ahí, Boccaccio acumuló una preciada carga de experiencias vitales que enriquecieron su aprendizaje de escritor. Luego, en Florencia, aprendió acerca de la pobreza, e incluso de la miseria en la cual vivió a lo largo de varios años. Durante este periodo escribió El Decamerón, entre 1349 y 1351.

Giovanni Boccaccio

A pesar de su gran calidad literaria, El Decamerón ha sido injustamente desacreditado y muchas veces se califica como un texto pornográfico. La verdad es que la obra tiene vastas raíces en la cultura cómica popular, que se caracteriza por penetrar en lo vulgar y lo grotesco. No obstante, El Decamerón está formado a la vez en modelos clásicos, y se encuentra anclado en el realismo y el racionalismo renacentista.


Bocaccio creó un monumento que, sin hallarse al servicio de la moralidad ni de las meras ganas de reír del pueblo, dibuja todo el medio social de su época. Describe de la forma más concreta todas las capas sociales, todos los oficios y todos los caracteres de su tiempo, observando, críticamente, desde la altura. Y cuando exhibe asuntos populares y groseramente bufos, la forma verbal y la presentación son nobles.


Por otra parte, es innegable la influencia que la obra de Boccaccio ha tenido sobre la literatura y el arte de todos los tiempos. Personajes como el dramaturgo William Shakespeare encontraron en El Decamerón argumentos para desarrollar en sus propias creaciones. De igual modo, grandes artistas de nuestra época, como el realizador cinematográfico Pier Paolo Pasolini han recreado esta magnífica obra, que ahonda profundamente en el espíritu humano.

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